¿Qué sublima nuestros derechos?
En cierto modo, defender nuestros derechos es loable, o al menos esa es la percepción social que se tiene de dicha defensa, pero ¿Debemos defender los derechos de todo individuo? A modo de ejemplo, podemos mencionar aquellos supuestos en que se reprocha a un abogado determinado defender los derechos de un asesino o un violador, pues aquel no queda exento, en numerosas ocasiones, del rechazo social hacia semejante actitud. “¿Por qué habríamos de defender los derechos de un asesino?” es una pregunta que la sociedad se plantea, pues pone en duda la legitimidad de los derechos de aquel que ha atentado contra la integridad física y moral de una persona, cuando no sobre su vida. Pero ¿Realmente merecen los derechos de un violador o un asesino ser defendidos? ¿Acaso la justicia no habría de consistir en imponer un castigo igual o más lesivo que la conducta que él perpetró contra su víctima? En este sentido, la multitud hace referencia a la máxima “hacer justicia”, como si esta ...